En los últimos años, de forma paralela al desarrollo de estos ámbitos de trabajo, al feedback recogido por los diferentes grupos participantes y por otro lado considerando, la propia evolución conceptual y metodológica de la EA/EDS, una de las principales conclusiones que extraemos, es que la misma no puede limitarse con exclusividad, a difundir o informar sobre el conocimiento del entorno natural o los problemas medioambientales.

Debemos ir más allá, proponernos nuevos horizontes de acción, evolucionar y comprometernos en asumir la responsabilidad, de trabajar en un verdadero proyecto de gestión educativa- ambiental, en aras de transformar la realidad socioambiental de la isla de Lanzarote. Donde además haya una evolución y una estrategia conjunta, de intervención integrada y homogénea, con una potente planificación y coordinación.

Desde este planteamiento tenemos la convicción de que la educación, como proceso a largo plazo, debe dirigirse en buena parte a la “construcción” de una cultura de la sostenibilidad, que a su vez se concrete en un aprendizaje y escenifique en proyectos y prácticas tangibles, asentando en definitiva las bases de un nuevo Plan de acción de EA. Donde además se aglutinen y vayan sumando los esfuerzos y colaboración de un conjunto amplio de agentes sociales (gestores, educadores, políticos, ciudadanos y asociaciones y colectivos…).